La estrella agonizante NGC 6210, a 6.500 años luz de la Tierra (ESA/NASA/Hubble)
La imagen del Hubble muestra con un detalle sin precedentes la parte interna de la nebulosa planetaria NGC 6210, la cáscara de polvo y gas expulsada por la estrella al final de su existencia. La estrella, situada en el centro, está rodeada de una burbuja fina y azulada, entrelazada con gas rojizo donde los agujeros y filamentos son claramente visibles.
La vida de una estrella termina cuando se acaba el combustible de su motor termonuclear. Cuando está a punto de morir, se vuelve inestable y expulsa sus capas exteriores, lo que forma la nebulosa. Lo que queda es una pequeña enana blanca, una viejecita espacial con mucho que contar pero que no resistirá demasiado. Poco a poco, se enfriará y se desvanecerá lentamente. Produce escalofríos pensar que esta imagen puede parecerse mucho a lo que le sucederá en el futuro a nuestro Sol. Claro que eso no ocurrirá hasta dentro de unos 5.000 millones de años.
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